La función del terapeuta frente una nueva realidad. La vida después del COVID-19

Autor: Oswaldo Velásquez Muñoz – Director del Cercle Gestalt de Ibiza y del Espai TCI de Ibiza. Gestaltista, psicocorporalista y transpersonalista

Claudio Naranjo, sabio contemporáneo, vaticinó durante los últimos años de su vida la necesidad de un cambio urgente en la manera de relacionarnos, individual y colectivamente, en el mundo y con el mundo. Su maestro, Tarthang Tulku, ante su inminente muerte le dijo: “Puedes marchar en paz. Tus enseñanzas serán de mucha utilidad en los duros tiempos que se avecinan”.

La soberbia, el peor de los pecados, como él mismo la definía, con muchas trazas del narcisismo, entendida como una sobredimensión de nuestra naturaleza humana, frágil, nos está conduciendo a una situación inimaginable hace tan solo un par de meses, resultado de nuestra insensibilidad.

Una pandemia de las características que estamos atravesando no es un fenómeno casual. Es el resultado causal de rebasar nuestros propios límites. Si no estamos atentos y dispuestos a hacer un cambio voluntario frente a esta señal de la naturaleza, que simplemente se autorregula para conservar el equilibro, comenzaremos a ver manifestaciones de respuesta natural, completamente impredecibles, que nos conducirán al cataclismo como civilización.

Las enseñanzas de Claudio Naranjo promovían un único objetivo: el despertar de la conciencia oscurecida por la banalidad de nuestras pretensiones egoístas. No una conciencia alejada del mundo; una conciencia de las distorsiones que no nos permiten ver más allá de nuestras pasiones y deseos, que atentan contra la vida.

Muchas personas encontrarán, una vez terminada esta crisis, que su mundo ha sido modificado e intentarán reconstruirlo para continuar siendo los mismos y mantener una inercia desconectada de lo primordial, y seguramente la frustración de no poder conseguirlo acercará a algunos a la terapia.

Entonces ¿cuál ha de ser la función del terapeuta, frente a esta nueva circunstancia?

  • Acompañar en el duelo de lo perdido. Toda transformación requiere dejar ir algo para poder incorporar lo nuevo. Aceptar un nuevo aquí y ahora.
  • Favorecer el contacto directo con la realidad. Sólo en la aceptación, de lo que es, aparecen las respuestas creativas para estar en la vida de forma digna.
  • Promover la responsabilidad y ayudar a las personas a diferenciar entre deseos y necesidades. Lo cual nos permitirá permanecer de una manera sostenible, respetuosa con el medio y con los demás.

El sufrimiento es la diferencia entre lo que es y lo que nos gustaría que fuese. Tenemos mucho trabajo por delante.