Un Hombre notable

Autor:  Cherif Chalakani  – Inspirado por un vínculo afectivo de 40 años con Claudio Naranjo ha creado «Espacios Nacientes» y coorganiza con su compañera, Katrin Reuter, el SAT entre Francia y Alemania.

[Hoy hace un mes, partió el Dr. Claudio Naranjo (1932 Valparaíso, Chile – 2019 Berkeley, EE.UU), inspirador del Espai TCI, Hemos querido recordarle en la glosa de uno de sus más cercanos colaboradores.]

Es un hombre excepcional el que acaba de dejarnos, un hombre que vivió incansablemente animado por una sed de conocimiento y por una sorprendente capacidad de crear puentes teóricos y prácticos entre disciplinas tan diversas como la psicología, la espiritualidad, la música, las plantas sagradas… Al igual que los grandes hombres del Renacimiento y de la Ilustración, Claudio nos ofreció una integración, una síntesis moderna de caminos generalmente separados, el de la ciencia, el del arte y del despertar espiritual.

Psiquiatra, pianista de conservatorio, autor, tocado por la gracia del ser, conoció en el camino de su vida a Tótila Albert, Fritz Perls, la profunda tristeza de la muerte prematura de su hijo Matías, Idries Shah, Oscar Ichazo, Bob Hoffman, Suzy Stroke, Muktananda, Tarthang Tulku… Abrazó con su corazón la complejidad de la condición humana, la de nuestro sufrimiento humano.

Participó en la década de los sesenta del movimiento californiano de contracultura, del acercamiento entre las tradiciones espirituales occidentales y orientales. Nos legó una contribución decisiva en el desarrollo del Proceso Hoffman. Fue pionero en la psicoterapia transpersonal y en el uso terapéutico de las drogas psicotrópicas. Desarrolló el eneagrama de la personalidad, incluyendo la psicología de los eneatipos y diseñó el programa SAT, un laboratorio de exploración de nuestro potencial de amor. Trabajó en el área de la Educación como una forma de transformar el mundo. En un paisaje contemporáneo que está perdiendo valor y orientación, nos brindó luces sobre las dificultades creadas por el mundo patriarcal, ofreciéndonos diferentes salidas y vislumbrando una profunda confianza en nuestro potencial de autorregulación y de ayuda mutua.

Es en la gran hermandad generada por Claudio, que Katrin y yo crecimos, nos conocimos y nos reconocimos. Bajo su confiada dirección, unimos nuestras intenciones y fortalezas para organizar desde 2009, con el apoyo de todo el equipo del Instituto, los diversos ciclos del programa SAT, celebrado entre Francia y Alemania. Un maravilloso y poderoso seminario multicultural, un espacio único y privilegiado para desarrollar el valor de Ser y compartir el misterio de la presencia en nuestras relaciones.

Igualmente otros talleres internacionales de gran audacia experimental tuvieron lugar:

En Todtmoos en 2010, posteriormente en París en 2012, donde Claudio presentó los Eneatipos y Subtipos frente un público internacional. En Montpellier, en 2015, un intenso encuentro con el genio de Balzac fue una oportunidad para reconocer y representar a los distintos personajes de la Comedia Humana a la luz del eneagrama de la personalidad. En Bad Meinberg en 2016 y en ZIST en 2017, su delicada sensibilidad musical nos permitió escuchar y comprender el significado y la esencia de la música clásica, como un lenguaje sutil hacia lo trascendente. El año pasado en Bremen, con una salud ya de por sí frágil, nos guió, desde su casa de Barcelona, en un viaje por los infiernos, los purgatorios y los paraísos de las personas autorrealizadas. Su experiencia de vida y su aguda conciencia de una muerte cercana dieron a sus palabras, la fuerza de un testamento personal sobre los desafíos de la aventura espiritual.

¡Qué hermosos regalos!

El equipo del SAT Francia Alemania echaremos de menos la visión clara de Claudio, y ahora sin él, nos toca iniciar una nueva etapa. Por nuestra parte, es con gratitud que recibimos su legado de sabiduría y nos comprometemos a cuidarlo, permaneciendo fieles al espíritu de sus enseñanzas y a nuestra propia madurez y creatividad.

Una ceremonia de cremación tibetana dirigida por Tarthang Tulku tuvo lugar el 18 de julio en Odiyan, California (en la foto). Sus cenizas permanecerán en este templo, su hogar espiritual, cerca de las de su hijo.